lunes, 25 de mayo de 2015

El tinte carmín.

¿Si os dijera que muchos de los productos que usáis o que coméis llevan un bicho triturado, qué pensaríais?

Pues bien, muchos de los alimentos que consumimos a diario, véase yogures, helados... o incluso productos cosméticos como pintalabios y medicinas varias, como elixires de enjuague bucal con sabor a fresa o jarabes, contienen este insecto. Se usa como colorante rojo, el cual es llamado en las etiquetas como "E120".

Desde los egipcios se tiene constancia de la utilización de este colorante natural para teñir ropas, cabellos, pintar pareces o cuadros o incluso maquillar la cara de los sacerdotes.

                                                        Caricatura de egipcio recogiendo el insecto.

Es un insecto que se alimenta casi exclusivamente de las chumberas, opuntias, paleras, nopales o pencas (Opuntia ficus-indica). 
Esta planta ha sido introducida artificialmente en diversos países donde está desplazando a la flora autóctona, debido a su gran resistencia, como está pasando en zonas de España. En los últimos años, se ha ideado un método natural para controlar la población de estas plantas, y es el uso de la cochinilla carmín, cuyas ninfas se exportan ya a varios países donde la chumbera ha invadido muchas hectáreas imposibilitando el pastoreo y el cultivo.

                                                                        Población del insecto matando opuntias.

El insecto parasita la planta, debilitándola y controlando así su desarrollo, y acaba matándola en 6 años a lo sumo. 

En la zona del emblemático Castillo de Sangunt, se ha procedido a la infestación de las pencas de la zona para evitar su desarrollo:


Este insecto es criado en países de Sudamérica en su mayoría, pero también las Islas Canarias entran en el sector, con un 8% de la producción total mundial.

                                                         Individuos hembra cargados de huevos.
                                                 
El insecto  crea el carmín, que en realidad es ácido carmínico, para proteger sus huevos que gesta en el interior del cuerpo contra los peligros, ya que es un mortal veneno para sus depredadores naturales.

El insecto es "recolectado" cuando está en este estado, hinchado y lleno de huevos y carmín, para ser friccionados (para quitarle la pelusilla blanca que lo recubre y lo protege contra los rayos solares) y posteriormente son secados al sol, para ser molidos. En este estado ya se podría usar el polvo resultante como colorante, pero para que sea de más calidad se puede purificar por diferentes métodos, llegando a ser de primera al alcanzar el 22% de carmín puro.

En los últimos años ha resurgido su utilización, porque cada vez se valora más el uso de colorantes naturales. Con todo y con ello, este animal es altamente alérgeno para algunas personas, por lo que su utilización es muy peligrosa, sobre todo en productos como los pintalabios. 
Los vegetarianos muy estrictos (beganos) se ven obligados a leer detenidamente las etiquetas de los productos que consumen.

                                                         Carmín presente al aplastar el insecto.
                                                              

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